sábado, 4 de octubre de 2008

UN CUENTO DE HADAS

En un no muy lejano país había una vez una linda princesita llamada Elsa Pataky.
Elsa era como una muñequita, pequeñita y de larga melena rubia, su preciosa cara rematada por una perfectísima nariz fruto de uno de los mejores cirujanos del Reino. Su cuerpo, fino y proporcionado según los cánones de belleza de la época, respondía a los numerosos masajes y arreglos estéticos a los que sólo las princesitas como ella podían acceder.
En otro no muy lejano país había también una vez otra princesa que se llamaba…, esto… Todoestilo.
Todoestilo era como una muñeca pepona, de altura media y corta melena rubia, su cara rematada por una nariz pequeña fruto de su parecido a la de su madre. Su cuerpo, en forma de pera según los cánones de belleza de la época, adolecía de una cadera demasiado ancha en relación con la escasa medida de su pecho, ya que en este reino las princesas peponas no podían acceder a la cirugía.





La princesita Elsa conoció un día a un apuesto príncipe azul llamado Adrien. La princesa pepona Todoestilo había conocido muchos años antes a su príncipe de Bequelar llamado Anónimo. (Al no conseguir en exclusiva la foto del principepón de Bequelar, la principepona Todoestilo accedió a posar para este blog con uno de los miembros de su corte)











Cuando los principitos y los principepones decidieron hacer planes de futuro, ambos coincidieron en que querían que su vida en común se desarrollase en el campo y ¿sabéis lo que pasó?

El príncipe-azul-Adrien le regaló a la princesita-Elsa un CASTILLO situado al noroeste del estado de Nueva York, que había sido decorado por Giorgio Armani.



La princesapepona-Todoestilo aprovechó que tenía una CASA en un pueblito muy pequeño situado al nordeste de Burgos que había sido decorado por ella misma ya que por razones exclusivamente de agenda Giorgio Armani no había podíado colaborar en este encargo.



Cuenta la leyenda que el principe-azul-Adrien le tapó los ojos a la princesita-Elsa en el coche y al llegar al castillo la colocó ante el edificio y la dijo “Cuando escuches una campana puedes quitarte el pañuelo y verás la sorpresa”. Por desgracia la leyenda no dice nada de la princesapepona-todoestilo sobre este particular. Aunque fuentes no oficiales afirman que la frase del príncipedebequelar-Anónimo al llegar frente a la casa fue “cuando escuches una campana, sabrás la hora que es”

Y así, la princesita Elsa vivió muy féliz en su castillo en compañía de su principe azul Adrien, acudiendo a muchas fiestas donde lucía preciosos vestidos.




También la princesapepona-Todoestilo vivió muy féliz en compañía de su principepeóndebequelar y los miembros de su corte, tratando día tras día de conseguir que los vestidos que vendía en el pequeño huequito que había abierto en internet gustaran a el resto de princesas de otros países lejanos.


Vestidos como este de satén que la princesapepona os ofrece en http://www.todoestilo.net/

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado!

5 comentarios:

Aliena dijo...

me ha encantado la leyenda!!!

Son dijo...

La leyenda... genial !!!!
Un beso

Gratistotal dijo...

donde va a parar, mucho mejor tú que la operadísima de la pataky!

tremendamiranda dijo...

pues yo qué quieres q te diga... que me quedo con la princesapepona y con la casita de Burgos!!! menos es más, jijiji!!!! Por cierto, esa "camisola" preciosa!!! ay la crisis!!!!!

Rakel dijo...

ALIENA y SON, gracias!
RAQUEL... sí,sí.. qué más quisiera yo que ser la mitad de guapa que la operadísima de la Pataky!! ainss
MIRANDA, el que no se consuela es porque no quiere, jeje... Me alegro de que te guste la camisola!

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